04 junio 2007

Free ride

Downtown Manhattan, 7 de Diciembre 2006, 9:42 a.m.

Tengo una entrevista y ya voy tarde. Algo me dice que no es la primera vez y le respondo a ese algo que sí, efectivamente, no es la primera vez. Traje negro, abrigo beige, tacones rojos. Busco con angustia un taxi, veo hacia todos lados, el tráfico no se mueve, tengo frío en los pies. Un coche deportivo se detiene enfrente de mí, un hombre baja la ventana y dice: Look over there! There's a cab! Digo un entrecortado thanks y corro hacia el taxi y casi pateo al cliente que terminaba de pagar para que se fuera.

1212 Avenue of the Americas, please!

Entonces reviso mi cartera, 14 dólares y un largo camino. No sé si será suficiente, algo me dice que no. Cuando el taxímetro llegaba a 9 dlls. le dije al chofer: I'm a little concerned, I just realized that I only have 14 dollars! I have an interview at 10 and as usual I'm so late! Please, if you see that we're reaching 14 dlls just try to leave me somewhere where I can walk from.

Él no contestó. Y yo me quedé viéndolo con mi cara de angustia unos segundos.



El taxímetro pasó los 14 dólares. Habíamos entrado por la 42th st. Apenas íbamos en Lexington Avenue. El tráfico estático. I'm gonna tell you what, dice el taxista, I'm gonna drive you to your interview, you need that job, right? Yes, contesté casi gritando, I do!! Thank you so much. You need it so you can buy shoes and that stuff, right?? Me preguntó de nuevo. Y aunque shoes era la última cosa en la que había pensado pero puesto que él estaba seguro de que eso era lo que yo quería, repetí, casi poseída: Yes, I do!!

Cuando llegamos a la Fifth Avenue fue claro que no íbamos a avanzar. Yo ya iba 5 minutos tarde.

I think I'm gonna run from here, dije. Y además me permití agregar, presa del estrés y de las dos tazas de café de la mañana: You're an angel sir, God bless you forever!!! Él dijo, Good luck! Go get that job!

Así que ahí voy, con las tres copias de mi currículum bajo el brazo y los tacones rojos y el abrigo beige, corriendo y esquivando la horda de taxis, los ejecutivos con portafolio, el cielo azul y frío y el sol reflejando midtown en cada rascacielo como un caleidoscopio.

Y aunque parezca extraño, y yo sé que lo es, fue en ese preciso momento que comencé a sentirme chez-moi.

6 comentarios:

Rogelius dijo...

y con tus palabras nos llevaras a recorres lugares inimaginables como tranquilidad en NYC

Anónimo dijo...

ayy almenos a mí me gustó mucho ^^
me da risa :P TEQUIERO MUCHÍSIMO, hermana:D byee:D abrazos y caracoles XD

Sofía Etienne dijo...

Ni madres! El título de tu entrada debe ser: "Free... rider"!!!!!, es mucho más ilustrativo de la Garza en NYC...

Anónimo dijo...

asi es... realmente la mayoria de la gente es buena, algunas veces te encuentras con gente mierda, pero en general hay bastante gente buena. muchas veces hay que ayudar sin esperar respuesta, que bueno por el taxista, no es un angel, realmente es solo una persona buena como hay muchas por ahi.

geño alvizo

Julia A. Garza dijo...

Sí, es verdad que hay mucha gente buena o, en todo caso, gente dispuesta a ayudar, incluso a desconocidos. En Nueva York hay mucha gente así. Todo parecería indicar que es una ciudad muy dura, y es verdad que puede serlo mucho, pero afortunadamente siempre hay alguien dispuesto a ayudar, aún sin que se lo pidan.

Anónimo dijo...

que chido... yo siempre he pensado que NYC era una ciudad dura... es la ciudad que mas me gustaria conocer. siempre pense que por ser una ciudad dura, todos tambien eran duros.

geño alvizo